martes, 28 de junio de 2011

La religión opio del pueblo y los religiosos mulas de su propio cartel de drogas

La religión opio del pueblo y los religiosos mulas de su propio cartel de drogas

Casi en forma conse-cutiva, dos prominentes vividores del oscurantismo y del atraso reinante en el seno de las masas han venido escribiendo en las letrinas periodísticas amarillas "Hoy" y "El Nacional" del opusdeísta español Pepín Corripio, atacando lo que ellos quieren llamar materialismo, pero que en realidad no es más que la práctica generada por el mismo sistema, que es su amo y del que esos dos sujetos son sus pérfidos lacayos y parásitos vividores.
Un pastor vividor llamado Samuel Santana escribió que el materialismo es el afán de la gente por comprar y tener cosas materiales, mercancías. Otro llega al extremo de decir que es ese afán por las cosas materiales lo que hace nacer el islamismo por lo cual éste es producto del materialismo, lo mismo es afirmado por el tal David Alvarez, de la letrina opusdeista "El Caribe".
No cabe duda de que estos estúpidos vividores, equivalentes a vulgares mulas del negocio del narcotráfico, se la quieren pasar de listos y carentes de una honradez que les lleve a vivir de una actividad realmente productiva para la sociedad, se dedican a vulgarizar asuntos concernientes a problemas que ameritan ser abordados con toda objetividad y espíritu científico, para con esa vulgarización suya hacer posible su función de distribuidores del opio en el pueblo, como mula que son.
Y no se crea que no nos damos cuenta de lo estúpido que resulta reclamar espíritu científico ante verdaderos estafadores y practicantes de la hechicería y las supercherías en forma deliberada y consciente, como son todos los curas, pastores y teólogos cristianos, católicos o protestantes.
El materialismo es una filosofía que, a la pregunta de ¿quién es primero y más importante, la materia o el espíritu, el ser o el pensamiento, el hombre o el alma?, responde diciendo que materia-ser-hombre es lo primero y más importante. Y que el espíritu, el alma o el pensamiento, que en general serían una y la misma cosa, es sólo y únicamente el reflejo y expresión de la materia, y que como tal, esto es, como reflejo del mundo exterior, alma, espíritu ni pensamiento existen ni pueden existir en forma independiente. ¿Quién ha visto un pensamiento, un alma o un espíritu flotando por sí mismo en el aire o caminando por las calles?
Lo del consumismo o el interés por adquirir mercancía como punto de partida para juzgar lo que es el materialismo, es una vulgaridad truculenta a la que están obligados a recurrir esos pervertidos traficantes de droga que son todos y cada uno de los pastores, curas y demás yerbas perniciosas de su ralea, una vez que, filosóficamente, están derrotados por el materialismo, y no se atreven a decir científicamente en lo que consiste éste.
Pero si fuera por esas vulgaridades de los religiosos que se definiera al materialismo y al materialista, en dicha connotación vulgar nadie sería más materialista que esos pastores, esos curas y esos teólogos, obispos y papas, que viven obsesionados por el dinero, el dólar y las joyas. No por casualidad los imperialistas yanquis, que no se quitan de su boca como es el caso de Bush, el adefesio de dios, tienen en su moneda que simboliza su Poder material, escrita la expresión: "In God we trust", o sea, en dios confiamos, este dólar es nuestro dios.

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