viernes, 3 de junio de 2011

Endemoniados y posesos




En el 2004 en Alemania murió de hambre y falta de atención médica una joven supuestamente poseída debido a la creencia de sus padre y de un cura local. En el 2005 en Rumania una religiosa murió luego de ser encadenada a una cruz por un sacerdote y cuatro monjas ortodoxas al creerla endemoniada, intentar exorcizarla y por eso no darle de comer ni beber. Así, la mezcla letal de ignorancia y fanatismo religioso llevan a la muerte innecesaria de sus inocentes víctimas. Pero hay miles de casos más de asesinatos no sólo en la historia de los exorcizados, sino también de la caza de brujas, la persecución de herejes y las guerras religiosas.
Ya desde hace mucho tiempo se conoce que diversos padecimientos que reflejan comportamientos extraños o grotescos tienen un origen neurológico --la enfermedad de Alzheimer, el mal del Parkinson, el gran mal o la epilepsia, etc.-- o psicológico --hipocondría, paranoia, algunos tipos de esquizofrenia y afasias, etc.--. Incluso la conducta malvada y criminal ya no necesita ser achacada a demonios maléficos sino a causas sociales, económicas y educativas.
En los albores de los tiempos, cuando no existía el conocimiento científico tal como lo conocemos actualmente, cualquier desgracia social o desastre natural, enfermedad y la muerte misma eran considerados castigos de los dioses o causados por influencias diabólicas. A estas alturas del siglo XXI gracias a la ciencia no necesitamos explicar cómo funciona el mundo, la sociedad y nuestro cuerpo recurriendo a seres invisibles benignos o malignos. Pero mientras se sigan fomentando ideas prelógicas, mágicas y sobrenaturalistas más que el pensamiento crítico racional y los descubrimientos científicos siempre habrá posibilidades para la aparición de estos "excesos" religiosos, es decir, crímenes en nombre de Dios y la lucha contra el Diablo.
Hasta donde sabemos la creencia en Dios y en el más allá no sólo sirve de consuelo y esperanza para muchísima gente sino que representa lo mejor de lo que los seres humanos son capaces de hacer --crear y amar--. A su vez la idea del Demonio no sólo es la explicación última para los creyentes de lo malo de este mundo sino que también simboliza lo más bajo y negativo que los hombres pueden lograr --destruir y odiar--.

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